En el año 2014, Anna Estradé y Albert Pons compramos una finca familiar en la que se cultivaba cereal, pero en la que antiguamente los padres, abuelos y bisabuelos de Anna habían cultivado olivos. El propósito es recuperar el cultivo y producir un aceite exclusivo, al estilo de los “vins de chateau” franceses, en los que sólo se comercializa la producción que se extrae en la propia finca.
La finca, de poco más de 3 Ha.se replantó con olivos de la variedad arbequina, la más tradicional y popular de la zona y se ha trabajado y cuidado al máximo el proceso productivo, en el que todo está orientado a obtener la máxima calidad. La primera cosecha fue la del año 2017 y produjimos 500 litros. Estimamos que el techo máximo de producción alcanzará los 3.000 litros cuando los olivos hayan alcanzado su máxima altura.
El resultado es un espectacular aceite de oliva virgen extra, 100% de la variedad arbequina con un color intenso y unas propiedades olfativas y sabores acentuados. Este aceite precisaba de una presentación que permitiese apreciar su color en el momento de servirlo en la mesa y al mismo tiempo que lo preservase del exceso de la luz y el calor.
Es una joya de la dieta mediterránea y como tal joya, es un producto adecuado no sólo para disfrutarlo, sino para regalarlo.